El futuro de las aplicaciones móviles

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En estos últimos días del año es típico realizar un balance, pero mucho más interesante que mirar atrás, es mejor mirar hacia adelante. Y si hablamos de aplicaciones móviles todavía más. He recopilado diversos artículos y mensajes en foros sobre este tema en el que nadie tiene la certeza absoluta de lo que va a ocurrir realmente, pero que nos puede servir de guía.

Actualmente nos encontramos en una encrucijada en los rendimientos económicos de las aplicaciones. Pues el beneficio que puede obtenerse es la clave para que puedan sobrevivir y desarrollarse. Para ponernos en contexto, las aplicaciones se categorizan en dos vertientes principales: las B2C (del negocio al consumidor, viene del ingles Business to consumer) y las B2B (del negocio para el negocio, del inglés business to business). Como ejemplo de las B2C encontramos a WhatsApp. En el área de las B2B encontramos soluciones de firmas como SAP o Avaya, orientadas a optimizar los procesos internos de las compañías.

Las que más enfrentan dificultades, en términos de rentabilidad, son las B2C (como un WhatsApp o un libro interactivo). Las que se enfocan en el entorno empresarial, disfrutan de un porvenir mucho más prometedor.
Según la consultora Gartner, solo el 0,01 por ciento de las aplicaciones arrojarán ganancias para 2017 y el 94 por ciento se ofrecerán sin coste. A esta desalentadora proyección se añaden los siguientes datos: 90 por ciento de las ‘apps’ de pago son descargadas menos de 500 veces por día y generan menos de 1.250 dólares diarios de promedio.

Frente a esto, hay que buscar nuevos modelos de monetización y uno de ellos, es el ‘freemium’ (una mezcla entre free –gratis- y premium –exclusivo o lo mejor-). En este esquema de rentabilización, el usuario descarga la ‘app’ sin costo, pero después debe pagar si desea adquirir mejoras o le interesa activar características adicionales. Un caso ejemplar de ello es Office para iPad. La suite de Microsoft se puede descargar sin coste, pero sólo permite editar los documentos si se paga la suscripción a Office 365.

En la actualidad, un estimado del 24 por ciento de las aplicaciones emplean el modelo ‘freemium’, sobre todo en los videojuegos, según Portio Research. En estos casos, los usuarios se sienten atraídos a pagar para obtener nuevos objetos, poderes o habilidades. Es un excelente recurso para capturar una buena base de usuarios y conseguir una fidelización que vaya más allá de los primeros días de uso.

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Ya no solamente basta con una aplicación que tenga un buen diseño y navegabilidad clara. Hay que buscar nuevas fórmulas para retener al usuario más allá de las primeras horas y que se convierta en una de sus imprescindibles en su día a día. Ése es el reto que tenemos que afrontar.